también he tenido que aprender a respirar.
Foto de Laura Gasparella. 8.12.2012 |
23.
Una cita:
Cuando morimos somos muy pequeños. Tan desmemoriados que tenemos nuestro nombre en la punta de la lengua. No sabemos que la altura es la altura y tal vez caemos sin saber que caemos. El líquido que sale de la boca de un noruego al hablar, amortigua la gravedad. Ponemos atención a ese sonido que tal vez sólo dice buenos días o buenas tardes. Suena como el hielo quebrándose o como garzas al ocupar su árbol en la tarde. Suena como el obituario donde por fin sabemos cuál es el hilo que teje nuestra piel. Sabemos esto cuando ya no sirve para nada saberlo. Lo supo Poe, como quien conoce lo que mueven las migraciones. Unos pocos conocen de memoria los nombres de las flores de la estepa y las muchas maneras de decir nieve. Hay quien recita los nombres de lo triste. Hay quien conoce la diferencia entre la sal y el azúcar a simple vista. Estas son las cosas que sabes al caer: la textura de los minutos y todas sus ataduras. Los nudos entre la tarde y la mañana.
Valerie Mejer Caso
Geografías de Niebla
2 comentarios:
bella, bella
:*
qué boba! :)
ten en cuenta que no he elegido fotos en las que saliera mal, que también hay.
besos gordos
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