Lo llaman "el fotógrafo de los escritores".
Retratar escritores, la verdad, no tiene mucho mérito, sobre todo si eres amigo de escritores. Lo de Mordzinski sí tiene mérito: esperar hasta que el "modelo" esté en disposición, como el dentista que alarga la visita antes de sacarte la muela del juicio y, clic, disparar justo después: cuando el sujeto está desarmado y desenmascarado y (succión) cuando la historia que tenía solo como un bosquejo acaba por salir a la luz. Dice él: "Retrato con los oídos más que con los ojos". Bueno, eso dicen los periódicos.
Daniel Mordzinski es un fotógrafo. Los escritores para él son materia, materia rezumante y moldeable, partículas de mundo.
Hay algo más extraño que que a un tipo le dé por sacar fotos de escritores. Lo realmente extraño es lo de los escritores. Vamos a ver, todo los que han pasado por delante de su objetivo son, efectivamente, escritores. La foto de Mordzinski acredita el carné de escritor.
¿Y qué pasaría? ¿Qué pasaría si a Mordzisnki le diera por tomar instantes de, qué sé yo, flores? ¿Las flores se convertirían en escritores o compondrían un álbum distinto, una especie de libro de rarezas donde no hubiera ni un solo escritor?
Así, pensando, estar dentro de una foto de Mordzisnki es como estar en la Wikipedia de los escritores.
Sin embargo, escribir es difícil. No es simplemente posar para la foto, ya sea el fotógrafo un amateur o un profesional. Ya sea el fotógrafo uno mismo. No se trata simplemente de estar o de hablar como un escritor. Ser escritor es sacar una foto digna, una foto fiel, una foto, tal vez, imperfecta de cada uno. No quiere decir que la foto vaya a gustar o a resultar agradable, el resultado puede ser desastroso o parecer movida u oscura o velada. No importa demasiado si la foto le hace más feliz o más querido al escritor. Tampoco si le hace más desgraciado. Pero, simplemente, tiene que ser verdad. (Nótese que digo verdad y no real).
Por eso resulta raro que haya un fotógrafo que se dedique a sacarles fotos a escritores. Todos los escritores se sacan fotos a sí mismos. No obstante, sospecho que Mordzinski siente cierta vinculación con los tipos a los que inmortaliza. Convierte a esa gente en personajes irreales y viene a sus vidas para materializarlos. De hecho, son ellos los que normalmente quieren pasar por el filtro de su cámara. Por supuesto que es un proceso simple convertido a propósito en laberinto. Y por supuesto que no es necesario, pero tampoco lo es escribir: la realidad acaso es inaprensible.
Es curioso, porque Daniel Mordzinski ni siquiera está en la Wikipedia. Apenas unos pocos reportajes hablan de él. Y sus fotos, claro. Porque nuestras obras siempre hablan de nosotros y de lo que queremos y de lo que no queremos ser.
Como no estaba en la Wikipedia, busqué a Mordzinski en Facebook. Ahí está, con su muro, sus fotos, sus amigos de Facebook.
Aunque, claro, lo más llamativo es que no hay foto principal: solo un icono azul predeterminado. Es decir, la foto que aparece siempre por defecto. Por algo los gallegos no dicen sacar, sino "quitar una foto". Lo dicho: los escritores no saben hacerse autorretratos.
Hay algo más extraño que que a un tipo le dé por sacar fotos de escritores. Lo realmente extraño es lo de los escritores. Vamos a ver, todo los que han pasado por delante de su objetivo son, efectivamente, escritores. La foto de Mordzinski acredita el carné de escritor.
¿Y qué pasaría? ¿Qué pasaría si a Mordzisnki le diera por tomar instantes de, qué sé yo, flores? ¿Las flores se convertirían en escritores o compondrían un álbum distinto, una especie de libro de rarezas donde no hubiera ni un solo escritor?
Así, pensando, estar dentro de una foto de Mordzisnki es como estar en la Wikipedia de los escritores.
—Ey, tío, que yo soy escritor.
—Tú qué vas a ser escritor, hombre, lo que eres es un facineroso.
—Que no, joder, no ves que me ha retratado Mordzinski.
—Ah, coño, haber empezado por ahí.
Sin embargo, escribir es difícil. No es simplemente posar para la foto, ya sea el fotógrafo un amateur o un profesional. Ya sea el fotógrafo uno mismo. No se trata simplemente de estar o de hablar como un escritor. Ser escritor es sacar una foto digna, una foto fiel, una foto, tal vez, imperfecta de cada uno. No quiere decir que la foto vaya a gustar o a resultar agradable, el resultado puede ser desastroso o parecer movida u oscura o velada. No importa demasiado si la foto le hace más feliz o más querido al escritor. Tampoco si le hace más desgraciado. Pero, simplemente, tiene que ser verdad. (Nótese que digo verdad y no real).
Por eso resulta raro que haya un fotógrafo que se dedique a sacarles fotos a escritores. Todos los escritores se sacan fotos a sí mismos. No obstante, sospecho que Mordzinski siente cierta vinculación con los tipos a los que inmortaliza. Convierte a esa gente en personajes irreales y viene a sus vidas para materializarlos. De hecho, son ellos los que normalmente quieren pasar por el filtro de su cámara. Por supuesto que es un proceso simple convertido a propósito en laberinto. Y por supuesto que no es necesario, pero tampoco lo es escribir: la realidad acaso es inaprensible.
Es curioso, porque Daniel Mordzinski ni siquiera está en la Wikipedia. Apenas unos pocos reportajes hablan de él. Y sus fotos, claro. Porque nuestras obras siempre hablan de nosotros y de lo que queremos y de lo que no queremos ser.
Como no estaba en la Wikipedia, busqué a Mordzinski en Facebook. Ahí está, con su muro, sus fotos, sus amigos de Facebook.
Aunque, claro, lo más llamativo es que no hay foto principal: solo un icono azul predeterminado. Es decir, la foto que aparece siempre por defecto. Por algo los gallegos no dicen sacar, sino "quitar una foto". Lo dicho: los escritores no saben hacerse autorretratos.
15 comentarios:
es verdad. no sabemos pero lo intentamos constantemente.
qué post más bonito.
un beso, guapa.
gracias, de corazón.
Estoy leyendo Mao II, de Don DeLillo, y uno de los personajes es una fotógrafa que se dedica a hacer retratos de escritores, para crear una base mundial de fotografías. No sabía que hubiera un tipo en el mundo real que se dedicara a hacer lo mismo.
Yo no sabía lo de ese libro. Pues Mordzinski le hizo una foto a Borges cuando él (Mordzinski) tenía 18 años. Seguro que la has visto, es muy famosa.
veo una foto
hecha por daniel mordzinski
en la que benedetti
posa
detrás de un chaval
sentado sobre una pelota con cara
de pasar la vida en boca de gol
en el patio de un colegio
en la tapia hay
una pintada en donde
alguien avisa o anima:
fumar petas te hace olvidar
dejando a la altura del betún
el verso inmortal del uruguayo
que reza (sin un dios destinatario):
"el olvido está lleno de memoria"
¡Y yo no dejo de hacérmelos! Así me salen...
¡Me ha encantado!
:) Gracias, navegante.
Puede que el lector busque otra tipo de autorretrato, pero leyendo lo que escribe un escritor, quizás encuentre el mejor autorretrato... y dejarse de fotos, que yo nací para esconderme detrás de un papel en blanco!!!
grande!!!
Le tengo bastante odio irracional a la supuesta creatividad de los fotógrafos, así que para intentar ser imparcial, hablaré solo de la parte en la que se refiere a la supuesta sinceridad absoluta de los escritores.
Al revés. Digo que yo opino lo contrario que usted. Un escritor debe ser un farsante por definición. No creo que para los escritores se trate tanto de decir a los otros lo que no pueden decirse a sí mismo, sino que le dicen a los otros las mentiras que ellos mismo no logran tragarse. Engañar a tu público, que te confundan con tu personaje y lo prefieran a ti, para mí, eso es ser escritor. Bueno, eso y acostarse con muchas chicas con gafas de pasta.
Sí, no le quito razón sobre la supuesta insinceridad de los escritores. El poeta es un fingidor, ¿no? Sin embargo, no hablaba de un modo general de ser escritor, no pretendía hacer un perfil psicológico del escritor "ideal", sino, simplemente, escribir un texto creativo (¿?). No pretendía, por tanto, dar una opinión categórica sobre lo que considero que es ser un "buen" escritor y lo que es ser un "mal" escritor, si eso ha interpretado.
Dicho esto:
Es posible convertirse en un perfecto mentiroso (por ser escritor) o convertirse en el mejor escritor (por ser mentiroso), pero la literatura tiene, desde mi punto de vista, mucho que ver con la verdad. Da igual si se llega a ella a través del engaño, la invención, la imaginación: "el cuento". La literatura intenta desvelar algo. Algo que sea "cierto". O quizá, la "incertidumbre" de ese algo. Espero que me haya explicado mínimamente.
Y, finalmente, si lo último que ha escrito era una falta de respeto, le ruego que se abstenga en próximas visitas. Un saludo.
Sara
Bueno, yo tampoco he hablado de buenos o malos(escritores), pero si que lo había interpretado como una generalización.De echo,yo si he generalizado adrede.
Sí, se ha explicado muy bien.
Y no, en absoluto, no pretendía ser ninguna falta de respeto ( y no entiendo dónde está la ofensa) era solo una broma. Lo lamento si le ha parecido otra cosa.
Ya, supongo que lo de niñas pseudo artistas que dicen que "crean" porque es una mentira fácil de recordar también es una broma. Tiene su gracia, en el fondo, sí.
(...!)En absoluto va por usted. Esto tiene que ser el ego del escritor, sino no lo entiendo. No suelo postear el mismo día que escribo ( aunque lo parezca), esa entrada lleva una semana como borrador. No entiendo porque doy explicaciones, pero bueno, quiero aclarar esto porque soy sincero ( mierda, ahora me pasa factura lo que he dicho antes, lo de ser un farsante.) Con niñas que se hacen fotos de los pies, me refiero a eso mismo, a niñas, adolescentes, que escriben de sus romances de dos semanas con letras rosas sobre un fondo negro. Joder, las que cuelgan fotos de sus pies y de noches estrelladas,y ponen videos de canciones de pereza ¿de verdad que no le suenan?
Y en lo de las gafas de pasta sigo sin ver donde esta lo hiriente. Joder, que yo llevo gafas de pasta.
Tan solo me ha gustado lo que ha escrito y quería participar, sin más.
Vaya casualidad más oportuna, sí.
No había nada "hiriente" a priori. Hacía un comentario de chicas con gafas de pasta en un post cuya única fotografía es una chica con gafas. También es una casualidad oportuna, claro.
Un saludo.
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