Hoy ha salido a volar esta publicación preciosa, que huele a papel y a antología, aunque solo sea luz de pantalla. Huele a hojas de otoño.
Ha aterrizado, gracias a Dara Scully, tímido. Ha llegado frágil, como un pájaro huérfano que agoniza en mi mano.
Un nido de niños. Un nido de poetas e ilustradores que grita. No hay nada más frágil que las palabras y los pájaros. Nada más vulnerable que el grito de un poeta.
3 comentarios:
Desde aquí sienten cómo se rompen las alas.
Demasiado manierismo a mi parecer...
¿Manierismo? No entiendo a que te refieres. ¿Con respecto al libro? ¿Por qué?
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