El río al que caí multiplica su caudal conforme los otros
lloran. Mi corazón es una esponja, una caja negra que
recoge
todo cuanto sucede.
Tara, Elena Medel.
Todavía no es el momento de fotografiar ni esta ciudad ni cualquier otra que la rodee o circunde. No es momento de llevar pegado al corazón una cámara fotográfica o una caja oscura llena de todos. Hubo un todos alguna vez. Hubo una vez. Hubo un comienzo.
Hubo un comienzo y entonces debí fotografiarlo todo. La llegada del otoño. La huida del otoño, porque huyó. Los pájaros que encontré muertos en cada sendero de tierra o de piedra o de lava.
Hubo un río y un paisaje. Hubo una llave y hoy remo en un río poco profundo, con profundas heridas, con profundo cansancio. Meto los pies y de las uñas me crecen cerraduras y candados.
Quería escribir más sobre el viaje de hoy por un río que se hacía pequeño debajo de los puentes, que rodeaba la estación, que llevaba a no sé qué mar, en no sé qué estado de la alta Alemania, quería escribir sobre el fin de semana de mayo, sobre regresar a un puerto.
Quería escribir tanto hoy, escribir "hoy".
Y simplemente me duele lo que ha muerto.
Fotos de Siera. |
3 comentarios:
Todo lo que pudo ser, es lo que duele. Un abrazo.
el verso con el que cierras es muy potente, me gustó mucho
Gracias!
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