Foto sacada de aquí |
"Y simplemente me duele lo que ha muerto" quedará escrito en mi tumba. Porque lo que muere soy yo, porque la que llora por los que no lloran soy otra vez yo.
Tan yo soy que estoy viciada de tanta palabra y tanto cuerpo. No tantos cuerpos.
Mi epitafio tendrá la forma de mi cuerpo, mi cuerpo-caja, después de un festín bello de animales que se arrastran y de animales que vuelan dejando colgar un millón de patas y de hilos transparentes.
Los muertos son muertos porque han existido de un modo efímero.
Hay que cerrarles los párpados a los muertos porque, si no, susurran. Los muertos ya no dicen nada, ya no esperan, esperan desde su nicho abierto, desde su pecho abierto que ya no riega nada.
No me duelen los muertos que se han ido, pobres, no pueden andar. Me duele lo que muere, no lo que muere, porque lo que muere está vivo, lo que está muerto, cerrado, concluyente, imperecedero, lo que es un hecho y no lo es, como una habitación la habitación en la que ningún muerto iba ya a entrar cuando empecé a cerrarla con llave.
No guardaré solo una llave, apuntaba el cuerpo-yo, el yo que no conozco, muerte-yo. No tendré más que una copia.
La habitación debía cerrarse con llave para que los muertos entraran. Mis ojos. Mis ojos en la ventana. Y una luz fluorescente y mosquitos hinchados de mi sangre.
He mirado a mi alrededor y no hay más que muertos. Mi perfil, que cada día se parece más a mi madre, que se parece cada día más a su madre, que se parece cada vez más a...
Los muertos me dicen que la muerta soy yo y yo estoy solo llena de ellos.
3 comentarios:
Biutiful.
Formamos partículas procedentes de diversos cuerpos, y me creo que estén todos muertos.
Allí donde la muerte no puede ser medida más que a base de caricias...
bsos
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