"Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada".
A. Pizarnik.
A. Pizarnik.
Mi casa
huele a cenizas.
He prometido
no volver a fumar.
Los fantasmas
huele a cenizas.
He prometido
no volver a fumar.
Los fantasmas
no son muertos
me han pedido
besos de lata
y cenar conmigo.
Me han sajado
Me han sajado
la carne viva.
Nariz. Vagina.
Ano.
Uñas
Yemas tiernas.
Sangre.He muerto
retorcida,
Me he pasado
la noche
en Urgencias.
Son azules
las manos de la afonía.
No es un sueño
esta metáfora.
No soy
frágil
soy mentira.
Estoy muerta.
La foto la he sacado de aquí.
14 comentarios:
Prometo ser menos dura en las próximas entradas. Hablar de confeti. De salchichón en bandejas de plástico.
Tu casa, huele a cenizas porque el viento es tiempo. Prometes no volver a fumar pero decides, una y otra vez, sentarte sobre el vértigo.
Tus fantasmas no son muertos, claro que no, algunos sobreviven siempre todas las navidades; y te piden besos de lata (de conserva, que conservas) y cenar en tu mesa para desquitarse de los restos de agosto de los bolsillos. Te han sajado la carne viva para seguir bebiendo respeto de tu boca. Nariz y cuello. Vagina y útero. Ano y nuevo año. Uñas y yemas tiernas que no tocan. Sangre. Sudor. Y lágrimas. Pero pocas.
Mueres retorciéndote en un osgasmo de pánico porque, en el fondo, lo que quieres, es que las noches sigan cupiendo en ceniceros. Por eso el frío sigue provocándote tos y las manos
se te vuelven azules y afónicas como las uñas y las yemas tiernas que no tocan.
No es un sueño esta metáfora, no: es que es absurdo el invierno. Como una puerta de emergencia desde el otro lado. Ni eres frágil, ni mentira, ni estás muerta. Es solo que hay mucho idiota
ahí fuera.
Entonces, sueñas que te caes por la escalera.
Y te despiertas queriendo rezar en el silencio rojo.
d.
La madre que te parió!
la madre que os parió a las dos!
Viva la madre que os parió a todas!
Bonito. Sincero.
Volvamos a la tierra.
Un beso a los tres. Os quiero.
Pero aléjate del salchichón en bandejas de plástico...
buenísimo!
Vara
Gracias, Vara. Gracias por pasarte.
pues a mí me ha encantao, carne cruda, como un salchichón sin curar...
me encanta
gracias a los dos.
Exquisita poética tejida con metáforas de naturaleza muerta.
Saludos.
Muchas gracias, Jorge. Un placer tu visita desde Lima.
Acabo de terminar la lectura de tu compatriota Grabiela Wiener.
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