Anja Salomonowitz le puso Spanien a su película por motivos políticos. Eso contó ayer la directora austriaca después de la proyección de su primer largometraje en el cine Cubix de Berlín, cerca de Alexander Platz.
Spanien es un filme con una gran carga simbólica, sobre todo de la tradición cristiana. Pero no por ello es un largometraje que trate sobre la religión. La tradición no es más que algo de lo que no nos podemos desprender al intentar hacer arte: es lo que está impreso en la conciencia colectiva. Pero ahí van algunos ejemplos. El nombre de una de sus protagonistas es Magdalena, que trabaja como restauradora de iconos de una vieja iglesia. El gran parecido de Gabriel (otro nombre claramente bíblico) con Jesucristo, la plaga de hormigas, el símbolo de lavar los pies son algunos de los elementos sin duda representantivos.
Y España: España como destino dentro de los deseos de esa Austria de grandes campos, una Austria con colores claros, como de cuadros de Van Gogh, con gente pelirroja y pasaportes falsos, con el papel oro con el que se cubren las cicatrices más feas.
Es una película que busca "ángeles" dentro de los pequeños demonios que somos todos. Habla mucho del amor: lo único que no precisa palabras. El amor deja todo en suspenso. Pero en realidad se trata de un largometraje que hace preguntas y, sí, con una intención política muy marcada: aquí el policía es el malo y los inmigrantes los que tienen que demostrar que saben amar.
Las páginas de internet que hablan de cine la marcan con la etiqueta "drama". Pero ayer, en momentos claramente dramáticos, la sala Cubix 9 de Berlín reía. El drama tiene muchas caras. Y esa película nace como un árbol y se va expandiendo. No puedo decir que hable solo de religión, solo de inmigración, solo de círculos temporales, solo de amor. Spanien es una película que va creciendo, como la vida o como los milagros y las pesadillas.
Salamonowitz ha conseguido crear un filme acorde con sus intenciones: denunciar (contenido), pero gracias, no solo a la fotografía y al guion, sino también a las espléndidas interpretaciones por parte de Tatjana Alexander y Cornelius Obonya, acaba de firmar una obra maestra.
Espero que no se quede en otra producción europea más y que algún día llegue a España. Aquí os dejo el tráiler. Y algunas imágenes en este link:
4 comentarios:
Buena recomendación. Me gustan los dramas donde el público termina riendo. Después de todo, así es la vida, una vida donde nos salta la risa tonta en un funeral, donde solo nos queda reír por no llorar.
Me sedujo.
ojalá venga a España; me gustó tu blog, creo que te voy a seguir
Por lo que he visto en tu blog, la película te tiene que gustar seguro.
Un saludo y gracias por seguirme.
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