Tu mano fragmentada agarrando un brazo, un abrazo urgente agarrando un cuerpo, tu labio de arriba ocupando la pantalla, tus piernas cruzadas, aguantando el llanto.
Empiezas otra vez: tú y yo. Quién lo iba a decir. Un tú y un yo. Y todo vuelve a ser tan bonito. Y te oí tantas veces decir: nunca más, y te oí repetirlo: decir: estoy herida. Decir: nadie me ha dañado de esta manera, no volveré a caer. No caeré. Quién lo iba a decir.
Y empiezas de nuevo sabiendo que no hay nada más que este comienzo, que no durará, que habrá otra o habrá otro o habrá el tiempo, que lo destruirá como el tiempo destruye los muebles y los mausoleos. Y yo pensaba que lo decías en serio.
Empiezas otra vez: y yo pensaba que lo decías en serio.
Te has reído siempre del amor, el amor jajajá. El amor ajeno. Jajajaja. Siempre que un te quiero, pensabas: erotismo, cortejo; pieles, partes. Te has quedado quieta, abierto los ojos, hablado en susurros, te has reído. Otra vez has soltado tu carcajada. Jajaja. Nadie me amará: somos animales heridos.
Te reías del amor y lo ofendías. Te reías. El amor. Qué cuento y era frívolo.
No se puede hablar de amor en otro idioma. No se puede, porque el amor es como el humo. El ser es racional y el amor es instinto de supervivencia. Hablar en esta noche de amor es condenarlo. Hablar de amor y defender la pena capital. Hay algo que nos diferencia. Es como no creer en la muerte. Ay, el amor. Amor entre una pacifista y un militar. Ay, el amor de cuento y los poemas. Y los vídeos y las horas. Ay, el amor y los trozos: los pecados fracturados, los huesos, las tazas, las horas.
Quiero encontrar a una chica que me guste de verdad y estar con ella. Já.
Tú creías volver a amar o que alguien te amaba. Y te conformas con el abrazo esquivo, el contacto, te conformas con el beso que cuesta hallar, el vaso o el cigarro compartido, te conformas, quizá, solamente con dormir abrazada a la noche, aunque el cuerpo no sea más que otro animal a medio cazar, un cuerpo que es coro, acompañamiento del objeto principal. Te burlas del amor porque no crees en nada. Y qué es más que una mentira todo esto. ¿Hablabas en serio? Ay, el amor.
Ay las palabras que no llegan. Ay el aliento que no llega y las palabras que no salen. Ah, pero, ah, el amor. El amor. Jajajaja.
Jajajá el amor.
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