O sea, que no estoy tan mal.
Porque yo podré ser de vez en cuando un eclipse. Pero nunca
un eclipse sin sangre de luz.
Almudena Guzmán.
Usted
Intento volver a la narrativa. A conciencia. He leído a Baricco y a Vila-Matas. Pero en estas noches de mayo, cuando los pies me chorrean tormenta
y las sandalias encharcadas me acusan de algo que no sé,
prefiero volver a la poesía. La poesía, ese bálsamo para quien no ve tierra.
JGR me regala un libro manoseado. Es miércoles y truena. Como los miércoles de reunión. Como las tardes malditas de mayo. Usted. Una primera edición amarillenta.
Después, hablamos de un poeta que me ha dado recuerdos para él. (¿De qué lo conoces?). De las personas que nos marcan. De cómo conocemos a nuestros maestros de verdad. [¿Quiénes son nuestros maestros si no aquellos que nos enseñan a amar?]. JGR habla de su profesor de lengua. Volvemos al libro, ojeo Usted, veo a esa chica de 22 años hablándole de usted a su amante. Pienso en mis profesores. En mis maestros. En mis amantes locos. En Rimas. En cómo odiaba a Neruda (pero cómo amaba leerlo). En la historia del amor. En Aristóteles. Pienso en RGD. Es inevitable, como que llueva los miércoles de reunión.
En Usted, como en el Aquí, como en el No estás, llueve mucho.
Almudena se nombra a sí misma (vagina/ niebla / deseo). "Habiéndonos lubricado previamente el oído / con una minuciosa lista de vicios sexuales / fuimos al amor como quien va al estanco de los primeros cigarrillos".
Pienso en "poesía femenina". "Voz propia". "Voz". Hueco. Una boca esperando "algo gordito". Mercado.
Y abro la boca con versos. Antología de desgracias. Y Almudena se parece tanto a los que están locos y tienen veinte años. Los que tuvieron veinte años. Los que publicaron con 22. Los que cumplen 23.
El abrazo, de Egon Schiele. El amor y la culpa. El naufragio |
Toda esa pasión de pasillos, de pasos que absorben niebla, de profesores que te piden el teléfono cuando dejan de ser tus profesores y nunca te llaman. No te llaman, porque en caso de hacerlo, llamarían a una nínfula que no eres. Y tú buscas su foto, una referencia, un perfil en Facebook. Pero ya nada existe, solo artículos académicos, solo un nombre que lo encabeza. RGD.
Y JGR sostiene un libro titulado NIN FU LAS. Lo abre para enseñarnos que está impreso con tipos móviles de los de antes. Es por ti que vuelvo a ver todos los colores que hoy sangran de la luz. Las letras se pueden tocar. Y JGR nos mira mientras con una mano muestra, al azar, un poema sobre una peluquería.
"Piensa en cuándo se escribió esto", me dice JGR sobre Usted. "Lo que significó".
Precisamente. El último poema habla de un calendario. El último poema del libro habla de un cumpleaños. De una laca de uñas que se seca. Juro que habla de un domingo 22. No me lo invento.
En la primera página del libro de segunda mano que JRG me regala hay una fecha y unas iniciales. Mayo de 1988. (JGR). Me dice: "tú en mayo de 1988 no habías nacido aún". Otros nacieron entonces. Todos seguimos en esa deriva. Todos náufragos.
3 comentarios:
En mayo de 1988 yo tenía 14 años. Todavía no sabía lo que quería ser, aunque lo intuía. Estaba enamorado de unos labios falsos en una hoja de papel. Y el mundo no era un libro manoseado.
Y yo
cierro los ojos
con versos*
(zzz)
todos somos náufragos
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