20 de marzo de 2011

Odio


Odio (La Bella Varsovia, 2011) es estético y ético. Como dice Mercedes Díaz Villarías en el prólogo, "la publicidad busca el lenguaje poético". Una vez conseguido, Refoyo lo aprehende y le da la vuelta. No es una vuelta inocua. Lo retuerce hasta hacer un esperpento. Estrangula la realidad para deformarla y mostrar las realidades camufladas de los objetos.

Las personas somos objetos, objeto de la estética, objeto de la ética. "Puro combate" dice Vicente Luis Mora de los textos que vertebran Odio. Un combate permitido, ya que el sistema admite desviaciones del sistema. El sistema se legitima cuando ante una crítica hacia sí mismo se defiende: "en otro sistema no podrías hacer esto". 

La poesía no puede ser ética, dicen voces. Bueno, no debería ser antes ética que estética, matizan. Vamos, que si pasa el canon es por la estética, ya esté hablando de lo lenta que va la conexión del ADSL o de la niña caribeña que se muere de hambre.

Ante una frase inofensiva, sin ningún tipo de carga ética como "especialistas en ti" o "porque yo lo valgo", se esconde, además de una evidente estética, buscada a propósito, un contenido cargado de sentido deliberado. Refoyo, licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas, nos enseña lo que sabe. Lo que intuye. Lo que siente. Despliega la estética de la podredumbre. Del amargor. Del odio.

Basura. Coca-cola. Loreal. Odio al sistema que, como nosotros, se consume.


 EL SECRETO mejor guardado / polvo/ agua/ disolución/ gas/ cocaína y estupefacientes/ con sabor metálico/ aromas dulces/ etiquetas/ anuncios/ el color rojo/ miles y miles de millones de dólares/ arrastran el hielo de Groenlandia y la miseria de Nairobi/ ingredientes/ alijos de coca/ mafias/ barcos/ trenes bomba/ terrorism/ inversiones ficticias/ cadáveres/ la salida tapiada/ ¿dónde vas?/ están por todas partes/ nos conocen/ vigilan/ haz lo que piden/ ten fe/ confía en el maravilloso mundo de/ beba coca cola/ Apóstol, ministro y esfinge de Dios

    Sensación de vivir
    (muertos)
Odio, David Refoyo. 
La Bella Varsovia, 2011.

3 comentarios:

Clifor dijo...

Gracias por tus palabras, estoy bastante de acuerdo en lo que dices, yo también creo en la éitca y en la estética. No en el moralismo.

Adriana Bañares dijo...

Qué ganísimas tengo de leerlo.

tormenta dijo...

De nada, David.

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