4 de septiembre de 2010

Espiral del silencio

Ismael Álvarez Rodríguez, ex alcalde de Ponferrada, ha hecho pública su decisión de volver a la política y presentarse a las próximas elecciones municipales de la ciudad. Álvarez, ex senador y ex procurador de las Cortes de Castilla y León no descarta tampoco regresar al plano político provincial y regional.

Hubo mucho silencio cuando en mayo de 2002, el Tribunal Superior de Justicia lo condenó por acoso sexual contra la entonces concejala de Hacienda, Nevenka Fernández. Mucho silencio aquí, en Ponferrada, claro. No en Madrid, Barcelona o Valencia. La mierda rebosaba tanto desde hacía meses que ni los ciudadanos ni los medios de comunicación locales controlados por el alcalde podían taparla ya.

Después de la sentencia condenatoria, no es que se evitara pedirle disculpas a la ya EXILIADA Nevenka, sino que se continuó apoyando tácita o públicamente al ex alcalde. En la cabeza de la mayoría de los ponferradinos no había cabida para la idea de que su amado cacique fuera un criminal. Y si se colaba en la mente de alguno de ellos y ésta se extendía cual metástasis, las excusas misóginas hacían de contraargumento: ella lo había provocado, ella había comenzado una relación consentida con él y no tenía derecho a tomar la decisión de ponerle fin, ella había hecho un montaje para causar una crisis en el consistorio, ella era una guapita que sabía perfectamente dónde se metía al aceptar la Concejalía. Etcétera. Etcétera. Etcétera.

Él nunca se ha sentido culpable. Pagó la condena como quien deja una propina en un bar. La condena real de este hombre fueron titulares a cinco columnas y la etiqueta que le cuelga del cuello desde el 26 de marzo de 2001, cuando Nevenka anunció su dimisión y la querella contra el regidor. La condena fue salir de un Ayuntamiento que creía SUYO, es decir, de su propiedad, manejando a todos a su antojo, dándose de bruces contra todo su poder e influencia, que era mucho, pero que afortunadamente la justicia superaba.

El caso injustamente llamado Nevenka (¿desde cuándo se le pone el nombre de la víctima a un juicio?) lleva ocho años siendo un tema tabú en Ponferrada. Intocable. Inflamable.

Pero Ismael Álvarez sigue viviendo en Ponferrada. Sigue regentando varios negocios hosteleros. Sigue despertando saludos y apoyos. Ella está en el exilio, repudiada y "olvidada", como la causante de un capítulo inconcebible que ha marcado con una cruz negra la capital berciana. Vive en algún lugar de Europa o de América, de un modo anónimo, habiendo perdido el "poder" que tanto se dijo que buscaba. Nevenka Fernández no podría vivir en una Ponferrada que la llamaría traidora o puta al salir a la calle.

Si yo no hubiera nacido aquí, me preguntaría incrédula qué tipo de gente indeseable es la que vive en esta ciudad.

El anuncio del regreso de Ismael Álvarez a la política no ha venido acompañado de manifestaciones multitudinarias en su contra, como os podéis imaginar. No ha provocado páginas y páginas mediáticas de opinión desfavorable. No ha ocasionado debates de tertulia ni comentarios en la pescadería.

Ha habido silencio.

Un silencio obsceno y repugnante.

Si acaso, alguna muestra tímida de apoyo. De eso sí se habla en los periódicos: de las dificultades que el actual alcalde, el popular Carlos López Riesco, antiguo número 2 de Ismael, tendría al enfrentarse a su mentor en los próximos comicios.

¡¡¡SE HABLA DE RESULTADOS ELECTORALES!!! No de la posibilidad de que un acosador sexual vuelva a dirigir el consistorio.

Muchos lo apoyan, lo sé. Y otros muchos, le tienen miedo y por eso callan. Nadie quiere apuntarlo con el dedo, porque si llega a ganar en el municipio, las consecuencias serían nefastas. Así es su poder caciquil y así es el temor de los ponferradinos.

Hay que apuntar que la sentencia no lo inhabilitó para su cargo. El alcance de los acontecimientos fue la razón de su dimisión, por otra parte, nunca asimilada. Pero no hablamos de "legitimidad"; hablamos de ética. Y de vergüenza.

Ya me imagino los titulares de El País o de El Mundo: "El ex alcalde condenado por el 'caso Nevenka' vuelve a ser elegido en Ponferrada". El calificativo de patético se le queda corto.

Si tan demócratas son, como proclaman día tras día, si tan democrático es que este hombre vuelva a dirigir Ponferrada, no lo demuestran demasiado al rechazar la sentencia de un Tribunal Superior de Justicia. El poder judicial, que condenó a este hombre, es uno de los pilares de la democracia, su amada democracia, con la que se les llena la boca. Que asuman esa sentencia de una vez: Ismael Álvarez acosó sexualmente a Nevenka. Y a partir de ahí, que lo voten si quieren. Si eso ocurre y finalmente sale elegido, vergüenza y asco me dará volver a pisar este pueblo. Es más, me darán náuseas cada vez que tenga que admitir que soy de aquí.

Y con esto rompo el silencio.

4 comentarios:

sociedaddediletantes.blogspot.com.es dijo...

Muy bien dicho, todo-todo, Tormenta: es para indignarse de principio a fin.
Catadura moral de estos tipejos

jens peter jensen silva dijo...

Claro que puedes decir que eres de donde eres, y criticarlo, y decir que el país donde vives es una mierda, Eso hago yo. La tierra que pisas no tiene la culpa, sino los que la pisan, los que la pisotean... Si no lo hacemos así, al final no tendremos nombre para ninguna parte de las que habitamnos...
Excelente artículo, completamente de acuerdo.
Un saludo

tormenta dijo...

@Casilda: Gracias, Casilda. Parece ficción, pero es real.

@Velpister: Muchas gracias.

Lo cierto es que desde que salió la noticia, que yo sepa, sólo ha habido una alusión en un medio local. Es un artículo de opinión. El único que ha habido. http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=551505

Anónimo dijo...

Buenas, buen relato. Algo a tener en cuenta es que se esta cuestionando si un " acosador " puede ser alcalde, una cosa no quita la otra... ¿que mas dara lo que haya hecho con su vida anteriormente teniendo en cuenta que no tiene nada que ver directamente con su cargo?. Por ultimo mencionar que conozco gente de primera mano que ha estado en sus dias en el colegio e instituto con la antigua concejala y todo el mundo que la ha concido desde hace años coincide en que siempre fue muy dada a dar " el cante " y que siempre le encanto recibir antencion asique no tiene porque ser cierto nada de lo que juzgo la gente a fin de cuenta "La "verdad" la escoje el vencedor"

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