Retrato y montaje de Ángel García Arribas |
Los bebés lloran y ríen en un idioma que pocos comprenden. Aprendemos desde entonces un idioma que crece con los árboles, el idioma silencioso de la culpa y los helechos. Aprendemos a esquivarnos en los ojos y en los gestos despistados. A huir perdiendo pelo. A encontrar hojas sueltas. Discos descatalogados y conexiones fallidas. Sms.
Quizá todas las personas dentro de mí son tan parecidas entre sí que me dan miedo. Me da miedo vivir en una calle que es un bosque. Vivo en medio de un bosque sin farolas y las noches son hermanas gemelas que comparten útero oscuro y las tardes son el estómago de ballenas que rompen las olas en alta mar.
Mañana la rutina crecerá en la espesura. Mis órganos serán más blancos.
Quizás aprenda algún idioma que no es de nadie.
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7 comentarios:
me gustan las noches idénticas como espuma reflejada en un espejo triangular,
el idioma es un lugar perdido. un laberinto. salir a la calle siempre es salir al bosque. allí, las entrañas relucen más blancas que nunca.
:*
cómo mola!
vi la expo, tiene cosas muy interesantes y los textos muy bien elegidos
Las noches en la ciudad son amarillas, a medianoche te entran ganas te meterte en un agujero.
¡Ay Sara!, tras mucho tiempo sin pisar por aquí he tenido que venir para decirte en mi nombre y el de otros muchos que tú ya sabes...
¡qué gustazo haberte perdido de vista! A ver si te quedas allí mucho tiempo y no vuelves por aquí. Siempre has sabido dónde no eres bienvenida.
Qué pena que no firmes, tú y la otra mitad del mundo que me odia... oh, qué desgraciada soy, etcétera.
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