12 de julio de 2011

La tumba del poeta

Hoy ha caído una buena. Es curioso que unas cuantas personas han llegado a este blog en las últimas horas buscando en Google "tormenta ponferrada 12 de julio" o simplemente "tormenta ponferrada".

Estaba leyéndole a mi hermano antes de irme a clase de alemán esta mañana. Mi hermano se queda muy callado cuando le leo, concentrado en las palabras.


*llega el alucinado con su alondra, se regocija, pide migas para creer,
pide un vestigio el que después de haber creído también va a ser cubierto de lodo,
pide compasión el lodo por ser definitivo, pide luz el hueco por morar lo oscuro.
Cantas, entonces tristemente cantas, dices tu oración a un mundo que se acaba
mientras los astros con desgana giran como un lento eclipse sobre las cosas muertas,
y el mar es un estanque de agua errante y detenida,
y el cuerpo...

Mi hermano dice de pronto "ese libro que me lees no es como otros, este no rima".


y el cuerpo del amor es otro cuerpo de anegada fiebre
y un vasto manantial de acero el ruiseñor canta.
Todo se extingue, todo concluye con amistad funesta,
como estatua rota que cubriera el musgo la verdad se oculta,


Mi hermano levanta la vista del dibujo que está pintando y me mira. "Sara, ¿por qué lees así? Es como si tuvieras algo en la nariz".



la veloz guirnalda del relámpago, la codicia esquiva que ruboriza al cielo,
la trenza de laurel, la noche compasiva
que el soberano Amor ha regalado al pastor más viejo.
Manso es el día de la pólvora en el corazón de un ciervo,
benigno bajo el panteón del sol el espíritu del valle,
los elementos que dan memoria a cada una de las horas y los dias,
la lluvia sobre Keats, la luz de oro sobre la invisible espina en su cámara de palo.


"Sara, tienes los ojos rojos, como si quisieras llorar".

Empieza a llover con fuerza. Diluvia y truena. Espero un poco antes de irme. Estoy aprendiendo muchas palabras nuevas:

benutzen,
     die Zukunft, 
           niemand, 
                das Vergessen.

Ojalá pudiera conocer la tumba seca del poeta. Ojalá tuviera seis años, como mi hermano, y supiera tan bien como él lo que es la poesía.



[Mi prima Raquel me regaló este libro (Mi primer libro de poemas. Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Rafael Alberti) más o menos cuando tenía la edad de mi hermano. Fue, efectivamente, mi primer libro de poemas. Ahora es suyo. Aquí, recién levantada leyendo un poema de Alberti y grabada por mi hermano, que además de inventor, parece que tiene vocación de fotógrafo y cineasta].

4 comentarios:

tormenta dijo...

a esto llama locura el que en su ufano poder renuncia al vértigo de reconocerse en otro
y a esto llama conciencia el que vinculado a otro en las afueras de algo
funda con lo prohibido una nueva persona,
pues también la grandeza está hecha de fragmentos y cosas usadas,
y es en los suburbios y en las desembocaduras dichosas a donde va a dar la esperanza,
en los terrenos baldíos donde mueren los caballos entre cardos silvestres,
es en los lugares donde titilan de noche las tenues bombillas ante un hecho sangriento,
donde el fuerte cierra los ojos para entrar en la levedad de los desperdicios,
y a eso llama prodigio el que vive recluido en su ternura secreta
y a eso llama vacío quien ignora que tras la floración de las m

tormenta dijo...

y a eso llama vacío quien ignora que tras la floración de las mudas criaturas
vela la fábula del destino su severo cisma con la muerte.


Juan Carlos Mestre

Jose M. Padín dijo...

enhorabuena

Emily dijo...

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