12 de octubre de 2010

Creación

Yves Klein embadurna a Marianne Tournier en un azul intenso que lleva su nombre. La modelo lo mira inquieta mientras él le pasa sus manos rebosantes por sus muslos rotundos. Él está creando arte con su cuerpo. Varios colegas de Klein están en el estudio, observando la escena. Mientras le unta las tetas, Klein mira a sus amigos. Es un artista. Todos asienten.

Marianne no mira a los espectadores. Se queda inmóvil. Su cuerpo se convierte en un pincel enorme. Es sujeto de una transformación de mujer a pincel y a plantilla. Y la situación es simple antropometría. La silueta de sus formas curvas es un objeto que plasmar en una tela inmensa.

Por sus pies gotea el azul de Klein y el líquido denso crea un cuadro en sus dedos desnudos. Baja la cabeza para mirarse los pies. Su melena se le cae por la cara y ninguno de los presentes es capaz de distinguir sus facciones.

Su melena le tapa la cara y
ninguno sabe
que
Marianne está
componiendo un poema.


8 comentarios:

rut dijo...

un poema azul :-)

d.

tormenta dijo...

Sí! ;)
Un beso rojo.

Anónimo dijo...

Y besos de sal, como peces.
¿En qué pensará una muchacha cuando el viento le descubre los muslos?
Felicidades por los recuerdos.

tormenta dijo...

Piensa en quién es el viento.

Milena dijo...

Otro temblor. Forugh Farrokhzād:
Coloca tus manos —esos recuerdos ardientes— sobre mis manos amorosas y confía tus labios, llenos del calor de la vida, a las caricias de mis labios amorosos. ¡El viento nos llevará!...
Un regalo para tí.

Emily dijo...

poema
dibujado
en el cuerpo.

Milena dijo...

Las ciudades invisibles se llenan de huecos. Ahí nos encontraremos. El cuerpo lo va contando.

Sophia dijo...

Hay otro azul maravilloso, lo pone Luis burgos en sus cuadros
Yo siempre le digo:
Luis deberias patentar ese azul, ponerle azul Luis burgos

Aquí el poema se vuelve poesia en el cuerpo de la modelo
Un beso
muakkkkkkkkkk

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