Hubo vida antes de la crisis

Desde hace un tiempo a esta parte no paro de ver en todas las noticias de todos los medios alguna referencia a la crisis. Y es que parece que ahora todo se explica por la crisis: que si se reabre el tema del aborto es por la crisis, que si hay problemas en las relaciones con Rusia es por la crisis, que si las parejas no se divorcian tanto como antes es… por la crisis, que si se lee más es por la crisis, que si gana el Barcelona es por la crisis… Es irrisorio: ahora parece que todo (todo en su totalidad) está relacionado y ocurre por su conexión con múltiples asuntos colindantes… ¡Como si en algún momento no hubiera sido así!

Se puede decir que no, que antes la economía marchaba bien y cada asunto iba por libre. Ya, se puede decir que si va mal la economía, la política se resiente, las religiones y los fanatismos se agudizan, la cultura pierde prestigio y la vuelta a lo conservador gana adeptos. Eso es una simple relación de causalidad. Un efecto dominó. Que, como reitero, ha ocurrido siempre.

Puede parecer obvio, pero hubo vida antes de la crisis. Y todas las noticias que salían antes, buenas o malas o regulares, medio regulares o aburridas, hacían referencia a una realidad global cuyos acontecimientos estaban conectados.

Ahora los analistas han descubierto la pólvora: la realidad se basa en causas. Ahora parece que todo tiene sentido: el sentido se lo da la crisis.

Así que, amigo, la próxima vez que oiga o lea que las redes sociales están ganando fuerza debido a la crisis o que el medio ambiente ya no es un tema tan importante como antes de la crisis, no hace falta que lo diga, pero piense: ya, también antes las cosas ocurrían por una razón.